Hablamos con Carlos de Dios. Participante en acciones de voluntariado ambiental en Salamanca
Promover la concienciación medioambiental a través del esfuerzo personal y de forma desinteresada. Esta es la filosofía con la que Carlos De Dios, una de las personas que colabora con el programa VoluntaS de la Agencia Municipal de Voluntariado, afronta cada actividad de voluntariado para la conservación de entornos naturales en Salamanca.
Carlos tiene una larga trayectoria realizando tareas de voluntariado en ámbitos diversos: en residencias de ancianos, en el Banco de Alimentos, en la Asociación Síndrome de Turner o en Asprodes y también en diferentes proyectos de carácter medioambiental.
Actualmente, él es una de las personas que participa de manera habitual en las acciones de voluntariado ambiental que está organizando la Agencia de Voluntariado desde principios de verano y que están logrando una destacable colaboración ciudadana, logrando completar las plazas en cada ocasión.
El pasado mes de junio, enmarcada en el contexto de la Semana Savia, se desarrolló una primera actividad de voluntariado ambiental centrada en limpiar las riberas del río Tormes y, el pasado mes de septiembre, se llevó a cabo una nueva limpieza en el entorno del Puente Romano. Carlos, que ha participado en ambas ocasiones, destaca la importancia de este tipo de actividades para “concienciar a la sociedad sobre la necesidad de conservar los espacios naturales y llamar la atención de la ciudadanía, sobre todo de los más jóvenes e impactar en los medios de comunicación”. Esa es la filosofía de la personas voluntarias que, lejos hacer una crítica a los servicios de limpieza que, “para nosotros, hacen una labor de 10” tienen como objetivo visibilizar la necesidad de cambiar hábitos en lo que a la gestión de residuos se refiere “el personal de limpieza municipal no tiene que eliminar residuos que nos hemos encontrado en el río o los restos de un botellón, la clave es que esos residuos nunca deberían haber estado allí, porque todos deberíamos hacernos responsables de nuestros deshechos y no dejarlos abandonados, con el perjuicio que eso supone para el entorno natural de Salamanca”.
Carlos cree que aún queda mucho por hacer en materia de concienciación medioambiental, en especial entre los más jóvenes, aunque opina que se está viendo un avance gracias a la labor que se realiza desde las instituciones y desde el ámbito educativo, “pero la educación comienza en casa”, destaca este voluntario que nos cuenta su grata sensación cuando, en la última actividad de limpieza en la que participó, celebrada el 19 de septiembre, pudo compartir el trabajo con familias con hijos pequeños que “recogían residuos totalmente motivados, compitiendo entre ellos para ver quién recogía más”. Esta anécdota nos da una visión más certera de lo que supone ser voluntario, la gratificación obtenida cuando dedicas tu tiempo al objetivo de “poner el foco en problemáticas existentes a través del trabajo desinteresado” y es que qué mejor modo de educar a las nuevas generaciones en materia medioambiental que mostrando los beneficios de unos hábitos sostenibles y el perjuicio a nuestro entorno y a nuestra vida de no tenerlos. Para Carlos, otra de las herramientas para favorecer esa puesta en valor de la naturaleza y, por tanto, motivar su conservación y cuidado, es dar a conocer la riqueza ambiental de Salamanca “organizar paseos por la naturaleza para que la ciudadanía conozca los parques y zonas verdes de la ciudad y, de ese modo, se valoren y se mantengan”.
“Somos lo que damos”, esa es la frase con la que Carlos define lo que significa para él ser voluntario, destacando la satisfacción personal obtenida cuando dedicas tu tiempo a una causa que crees importante. En su haber, atesora las preciosas vivencias que le ha reportado su faceta de voluntario, donde destacaría “el cariño demostrado por las personas mayores cuando he realizado labores de voluntario en residencias de ancianos. Recuerdo cuando íbamos a cantar villancicos, lo hacíamos fatal, pero te ovacionaban y se alegraban como si hubiese ido a cantar Julio Iglesias”.
Cuando se centra en voluntariado medioambiental, Carlos nos dice que encuentra una motivación enorme y es pensar en “el mundo que vamos a dejar a nuestros hijos”, sin duda, no puede existir una razón mejor. Y es el que el potencial beneficio es tan claro, tan universal, que son muchas las personas que, sin haberse apuntado a participar en la actividad, se unen cuando les ven trabajando y se dan cuenta de la labor que están haciendo “cuando estábamos limpiando en los entornos del Puente Romano, se nos acercaron unos turistas holandeses y nos preguntaron qué estábamos haciendo, cuando les dijimos que estábamos realizando una acción de voluntariado para retirar residuos del río, no lo dudaron y se unieron a nosotros”, el efecto llamada y la capacidad de las acciones de voluntariado para despertar el interés de la ciudadanía sobre diversos temas de interés general es evidente y por eso el Ayuntamiento de Salamanca apuesta y quiere dar un gran impulso a este programa de voluntariado ambiental.
Para quienes se animen a participar, ya están disponibles las inscripciones para una nueva actividad voluntariado ambiental organizada desde la Agencia Municipal de Voluntariado. Será el próximo 17 de octubre y, en esta ocasión, se centrará en la construcción de casas nido para favorecer la creación de núcleos de nidificación y refugio, fomentando el asentamiento de nuevas poblaciones de aves, que tienen un papel muy importante en la biodiversidad y salud urbanas, sobre todo en lo que a control de plagas se refiere.
El Ayuntamiento de Salamanca ha puesto en marcha una Bolsa de Voluntariado para integrar y encauzar las solicitudes ciudadanas, cuyos interesados pueden incorporarse a través del correo agenciavoluntariado@aytosalamanca.es, de la web www.voluntariadosalamanca.com y del teléfono 660 178 583