Entrevista a Guillermo Hernández, gestor de esta empresa salmantina
Aquila Naturaleza nace en Salamanca hace 9 años con una actividad enfocada en dos ámbitos principales: el turismo de naturaleza y la educación ambiental. Tal y como nos comenta Guillermo Hernández, gestor de esta empresa, en realidad ambas disciplinas están profundamente relacionadas y en todas sus actividades, los asistentes pueden descubrir lo que les rodea con otra mirada y aprender sobre los peligros que amenazan nuestro entorno y nuestro papel a la hora de mitigarlos.
Desde su fundación, Aquila Naturaleza ha posibilitado que cientos de salmantinos conozcan los secretos de los paisajes que les rodean en la ciudad de Salamanca y sus alrededores: “En nuestras visitas interpretamos, por ejemplo, por qué los paisajes son como son, cómo influye el clima o el ser humano y sus actividades. Viendo un paisaje podemos hacer un viaje a la historia de la tierra y del ser humano”.
Guillermo nos explica que en sus rutas turísticas siempre hay una parte educativa y es que “la educación ambiental no sólo es para los escolares y conocer es el primer paso para cuidar” defiende. Estas rutas y sus contenidos se adaptan, lógicamente, al público de cada visita, pero siempre buscan combinar una parte más lúdica y otra más educativa en todas sus propuestas. Comenta también cómo el perfil público interesado por este tipo de actividades ha ido evolucionado desde su inicio y, mientras hace unos años, los participantes eran, sobre todo, estudiantes de áreas relacionadas con el medio ambiente, ahora el público principal de estas acciones son familias y personas a partir de 50 años, que provienen de todo tipo de áreas profesionales y han ido desarrollando un interés por todo lo que tiene que ver con el medio natural.
Por otro lado, desde hace unos dos años, desde esta empresa salmantina compaginan la actividad de rutas y educación ambiental con un nuevo ámbito, muy relacionado, el de la gestión ambiental. A través de esta actividad, Aquila Naturaleza lleva a cabo consultorías a entidades de todo tipo con las que establecer formas más sostenibles de gestionar los recursos y nos explica algunos ejemplos: “con el cambio climático no es viable pensar en grandes superficies con jardines verdes, que suponen un gran consumo hídrico y se debe tender a otras formas de jardinería que no generen ese gasto absurdo, también se pueden proponer soluciones para que un jardín sea más sostenible aprovechando los restos de las podas y nutriéndolo con ese residuo orgánico transformado, evitando que esa materia sea desperdiciada y promoviendo la economía circular” apunta Guillermo. En esta línea, también nos explica la introducción de estructuras como los hoteles de insectos en espacios de cultivo, como los huertos urbanos de Salamanca, ya que “fomentan la presencia de polinizadores y estas especies son indispensables para el desarrollo de los cultivos”.
Dentro de esta gestión ambiental, que realizan para ayuntamientos, centros escolares o empresas, hacen también mucho énfasis en la eficiencia energética, planteando actuaciones que optimicen su consumo “a veces sale más barato invertir en un sistema de calefacción mejor regulado que estar desperdiciando continuamente energía”, nos dice como ejemplo.
Con todas sus acciones Aquila Naturaleza busca contribuir, con el fomento de la sensibilización ciudadana, en la mitigación del impacto que generamos en el medio ambiente y es que, tal y como explica el fundador de esta empresa salmantina “en los últimos 30 años, el impacto que cada individuo genera en el medio ambiente se ha multiplicado por 3 y el consumo está muy encima de la capacidad de reposición de la naturaleza”, estos datos son una clara muestra de que la educación ambiental y la gestión sostenible de los recursos son una absoluta necesidad.